01 Nov Julia Eckhardt
Programa de Residencias Noviembre 2022
Durante su residencia en el Centro Negra, Julia ha dividido su tiempo entre dos proyectos, uno más teórico para el cual ha estado leyendo y escribiendo y otro más práctico que involucró la improvisación en su instrumento y un protocolo diario para caminar, grabar y tocar.
La investigación teórica trata sobre la noción de calidad en la música: en su forma actual de utilizarla, refleja la construcción binaria de nuestras sociedades occidentales, en las que los juicios de “bueno” o “malo” se convirtieron en instrumentos de poder para servir y/o excluir. Los criterios permanecen opacos y siguen cambiando, y no están abiertos a la discusión. Sin embargo, abstenerse de juzgar no es una buena alternativa a esta situación, porque juzgar es una actividad política fundamental dentro de una sociedad, y un instrumento importante para la construcción de una cultura. Lo que quiere desarrollar es un método de juicio que valore la subjetividad, el contexto y la especificidad de lo sonoro en la mediación cultural. Durante su tiempo aquí en Blanca, se concentró en el papel de la tecnología, y específicamente en la imagen del cyborg o robot, que ha permitido a las mujeres y personas de color eludir las expectativas del status-quo, y en la que los estilos musicales populares han jugado un papel importante. Ganando un lugar considerable.
Para su proyecto artístico partió, por un lado, del deseo de conectarse con el lugar, el fantástico paisaje alrededor de Centro Negra y por otro, de sumergirse en la improvisación musical, encontrando sorprendentes paralelismos.
Con el deseo de estructurar este preciado tiempo en residencia, generó un protocolo diario sencillo: caminar en una dirección desconocida durante 30 minutos, realizar una grabación de campo y tomar una foto de un detalle de ese recorrido. Al regresar, haría una improvisación a partir de la energía que había percibido en ese lugar completamente aleatorio donde se había detenido. Esas son tres formas de producir memoria. A menudo se sentía incómoda al principio: no saber a dónde iba, en este paisaje abrumador, que es tan diferente de su hábitat metropolitano habitual. Aquí, alrededor de Blanca, las líneas rectas son raras de ver, el sonido es amplio y, a menudo, vacío, y las montañas hacen que la acústica sea muy específica. Tanto en sus paseos como en las improvisaciones diarias, llegó a disfrutar de lo inesperado, de las pequeñas coincidencias y accidentes que han terminado por desencadenar nuevas perspectivas e ideas.
Residencia subvencionada por el Gobierno de Flandes – Vlaanderen/Verbeelding werkt.
Julia Eckhardt, 2022/11