01 Abr Miguel Angel Lara Navarro
En esta serie de cianotipias, Miguel Angel borda o añade elementos que aportan una nueva capa a las piezas.
Entre las obras presentadas, encontramos dos piezas protagonizadas por pájaros difuntos —a escala humana— que comparten lienzo con otros seres anónimos. Imágenes bellas e inquietantes que nos hacen partícipes de la indiferencia y la perplejidad de los personajes.
Otro de los motivos elegidos por Miguel Angel son los cuerpos masculinos. Sustituyendo la normalizada objetualización del cuerpo femenino, en su obra son los hombres el objeto de deseo, retratados con cuerpos canónicos y elementos sexualizantes.
Casi toda su obra está inspirada en la iconografía religiosa del cristianismo, el cuál atraviesa con una mirada llena de humor y, a menudo, destacando el sentido erótico de ciertos iconos y elementos.
En su obra también se visibilizan las relaciones románticas entre hombres, cuya materia invisible es común a toda relación amorosa: el gozo de la piel y del corazón y los miedos a caer en sus redes.