Sarah Rose Guitian Nederlof

Sarah Rose Guitian Nederlof

Período de residencia: abril-mayo 2021
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Abril 2021

La (in)visibilidad de lo ordinario

Esta serie de esculturas, dispuestas a modo de museo o excavación arqueológica, retratan elementos de la vida cotidiana contemporánea destinados, como tantos otros, a desaparecer.

Sarah Rose suele utilizar la fotografía como su medio principal, ya que esta le permite observar y capturar detalles que habitualmente pasan desapercibidos. Actualmente experimenta con otras técnicas, pero su atención continúa puesta en las pequeñas cosas que nos hace detenernos a mirar. Ya no solo trata de capturar el tiempo a través de ellas, sino que hay en la factura un reconocimiento de sus formas y una dedicación que hace homenaje a lo invisible, enfatizando su valor estético y estableciendo relaciones no jerárquicas con los objetos que nos acompañan.

La reconstrucción de estos objetos en miniatura nos recuerda al souvenir: un objeto donde depositar la nostalgia de nuestras experiencias en un entorno y, a su vez, una cosificación o mercantilización de la historia y la tradición.

Mayo 2021

Sarah presenta una video-performance realizada en el paisaje de Blanca.

Llamar nuestra atención sobre los objetos cotidianos es una constante en su obra. En estos meses, su trabajo ha tomado como protagonistas a las bolsas de plástico. Retratándolas de forma escultórica, Sarah nos instaba a redescubrir sus cualidades físicas —su forma, su textura— y, así, renovar la mirada hacia el objeto despojado de su fin.

En su segundo mes de residencia, la artista incorpora nuevos elementos a su exploración. Introduce, por primera vez en su trayectoria, el trabajo con el cuerpo y, además, proyecta sobre el objeto rasgos psicológicos —personalidad y emociones.

A partir de una serie de improvisaciones en distintos lugares del paisaje de Blanca, Sarah logra dar voz a estos elementos, iniciando un diálogo emocional —cada vez distinto— que se expresa de forma no verbal.

Pasaje 1: “Encuentros que nadie, excepto el azar, ha sabido predecir”, es el primero de varios pasajes con los que Sarah nos habla de las relaciones íntimas.
Cada pasaje es una emoción, una historia de un momento en el espacio y en el tiempo.